Las altas capacidades en población infanto-juvenil es una realidad que se encuentra rodeada de estigmas y mitos. Niños, niñas y adolescentes con altas capacidades tienen un potencial intelectual superior a la media y unas habilidades excepcionales en áreas como el razonamiento, la creatividad o el liderazgo. Sin embargo, esta condición no solo implica tener una inteligencia destacada, sino que también conlleva necesidades emocionales y sociales que requieren atención.
¿Qué son las altas capacidades?
Las altas capacidades no son sinónimo de “superdotación” en todos los casos. Existen diferentes formas en que los niños y niñas pueden manifestar este potencial, y se reconocen una diversidad de perfiles. Algunos muestran talentos excepcionales en áreas específicas (música, lenguaje, matemáticas…) mientras que otros pueden tener un alto rendimiento global en diferentes áreas. Es fundamental destacar que un niño o niña con altas capacidades no es simplemente un “niño que saca buenas notas”, sino uno que tiene una forma distinta de aprender y percibir el mundo, que puede incluir una profunda curiosidad y un pensamiento creativo o divergente.
Mitos y estigmas en torno a las altas capacidades
Uno de los mayores desafíos para los niños y niñas con altas capacidades es enfrentar los mitos y estigmas que los rodean, algunos de ellos son: “los niños con altas capacidades siempre sobresalen académicamente”, “no necesitan ayuda porque son inteligentes”, “son arrogantes o inadaptados socialmente”, etc. Todo ello, trae consecuencias emocionales que afectan de manera directa tanto a los menores como a sus familias.
Necesidades emocionales de los niños con altas capacidades
Uno de los aspectos menos comprendidos y atendidos de las altas capacidades es el componente emocional. Los niños con un alto potencial suelen tener una gran sensibilidad emocional, lo que puede llevarlos a sentirse sobrepasados por sus propios pensamientos o emociones. Existen algunas necesidades emocionales claves tales como: apoyo para gestionar la frustración, reconocimiento emocional, espacios para ser ellos mismos, etc.
Cómo abordar las altas capacidades desde casa
El papel de las familias es crucial para el bienestar de una niña o niño con altas capacidades. El proceso de ayudar a crecer no solo implica brindarle herramientas para su desarrollo intelectual; sino también, y con mayor necesidad, apoyarlo en el ámbito emocional y social. No basta con proporcionar libros o material educativo avanzado, sino que es necesario cultivar un entorno donde se sienta comprendido, apoyada y, sobre todo, valorado por quien es; no únicamente por lo que puede lograr. Algunos consejos para acompañar y orientar a estos niños en el hogar incluyen: ser flexibles con la comunicación, equilibrar la estimulación y el descanso, fomentar la comunicación abierta, apoyar sus intereses, buscar apoyo especializado, etc.
Límites y estrategias para manejar la frutración
Además, para ayudar a crecer a estos niñas de forma saludable, las familias deben ser conscientes de sus desafíos emocionales. Los niños con altas capacidades suelen experimentar la vida de manera más intensa, lo que significa que las alegrías, frustraciones y preocupaciones pueden amplificarse. Por ello, es esencial la puesta de límites, así como enseñarles habilidades y estrategias para manejar la frustración y la presión. Crear en casa una atmósfera de confianza donde se les permita ser vulnerables y expresar sus sentimientos sin miedo a ser juzgados es clave para su desarrollo emocional. Es necesario crear un equilibrio entre las demandas académicas y el tiempo libre, estimulando sus habilidades, pero también permitiéndoles desconectar y disfrutar de actividades recreativas que no tengan un fin competitivo o académico. Este equilibrio les permitirá cuidar tanto su mente como su bienestar emocional.
Propuesta para ayudar a crecer
Por todo ello, Ediren propone a las familias con hijos e hijas con altas capacidades intelectuales participar en un taller grupal. El objetivo fundamental es ofrecer un espacio de reflexión y participación de familias con esta condición, dinamizado y coordinado por nuestro equipo de profesionales. Un espacio para en el que nuestras psicopedagogas aportarán criterios básicos que faciliten la lectura de las necesidades que estas familias tienen a la hora de ayudar a crecer a sus hijos e hijas con altas capacidades.
Fdo. Irati Lapresa, psicopedagoga, experta en necesidades educativas especiales y atención temprana de Ediren
Deja una respuesta