Orientación educativa a madres, padres y referentes
Nos está tocando vivir una sociedad cambiante, en la que madres-padres, referentes y familiares sentimos mucha confusión y dificultad en el día a día a la hora de educar y acompañar en el proceso de crecer a nuestros hijos e hijas. Lo que antes se hacía de una forma supuestamente “natural” hoy se ha complicado.
Día a día se nos presentan situaciones complejas y nos preguntamos: ¿estoy siendo demasiado “blanda”?, ¿me estaré pasando de estricto?, ¿cuál es el término medio?, ¿qué es lo correcto? ¿tengo que obligarle a…?, ¿y si le dejo hacer…?, ¿le tengo que ayudar a hacer los deberes?, ¿hasta qué hora le tengo que dejar salir?, ¿es obligatorio que participe en las tareas de casa?, ¿le tengo que castigar?… Educar hoy en día no es tarea fácil…
Los hijos e hijas se han convertido en un bien cada vez más escaso y, por lo tanto, preciado. En general, las madres-padres, referentes y familiares de hoy afrontamos esta tarea llenos de ilusión y con un alto sentido de la responsabilidad. Cada vez somos más conscientes de que el desarrollo saludable de nuestros hijos e hijas pasa porque sus diferentes necesidades sean adecuadamente atendidas. Sin embargo, hay muchas dudas, no queremos repetir estereotipos heredados, y cuesta encontrar referencias válidas. Existe mucha información al respecto, pero a veces resulta contradictoria.
Desde el peso de la responsabilidad por darles lo mejor a nuestros hijos e hijas, sentimos impotencia, nos sentimos culpables, incluso a veces llegamos a intuir que la situación “se nos va de las manos”.
Las hijas e hijos no necesitan tener padres y madres perfectos. Necesitan de personas cuidadoras, mejores o peores, pero con criterios propios, estables, coherentes con su forma de ser, de vivir y de entender el mundo. Esta coherencia sólo se puede alcanzar si realizamos una lectura crítica de nuestro entorno y de nuestra historia para poder integrar lo nuevo y lo viejo. Así podremos proporcionar la estabilidad que necesitan nuestros hijos e hijas para crecer en un mundo cambiante.
Esta importante tarea la tiene que realizar cada familia de forma personal e intransferible.